Toque
de dedos.
Sirve para pasar con precisión.
Forma con tus pulgares e índices un triángulo y, con los codos abiertos en
un ángulo de 90º más o menos, colócalo encima de tu frente. Desde ahí,
impulsa el balón hacia arriba extendiendo todo el cuerpo como si fuera un muelle
y tocándolo sólo con los dedos, no con las palmas.
Sirve para recibir un saque o
defender un remate contrario y también para pasar cuando el balón no se puede
golpear de dedos.
Coloca una mano encima de la otra
con los dedos juntos, después une los pulgares y llévalos hacia abajo para
mostrar la parte más plana de los antebrazos. Según sea la fuerza con la que
llegue el balón tendrás que golpearlo o amortiguarlo.
Saque.
Hay varios tipos. El más seguro
para empezar es el de mano baja. Imagina que tu brazo que saca es un palo de
golf y la mano que sujeta es el pivote donde se coloca el balón. Lleva el brazo
que golpea hacia atrás para coger impulso y cuando vuelva para dar al balón no
tienes más que retirar la mano.
Remate.
Es el tercer y último toque,
y se utiliza para finalizar el ataque.
Su técnica es quizás la más
difícil de aprender, porque el jugador que la realiza debe desplazarse con
2 ó 3 pasos, saltar hacia arriba preparando el brazo que
impactará con el balón y ejecutar el remate en el aire, antes de caer en
el suelo.
Bloqueo.
Es una acción que sirve para
defenderse del remate. La realizan normalmente 1 ó 2 jugadores, que
se encuentran cerca de la red.
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